Pese a que se trata de una especie en peligro de extinción, los pescadores artesanales de Punta Mero sacrificaron un tiburón ballena -que pesaba 2 toneladas y medía unos 6 metros de largo- que cayó en las redes de un pescador. Fue llevado vivo hacia la orilla y luego sacrificado creyendo que se trataba de una tintorera. Los pescadores se repartieron su carne.
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malazo
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